miércoles, 22 de octubre de 2014

Cuando el golpe es inevitable...

Cuando decides confiar en alguien hasta el último momento para que finalmente la venda caiga y la verdad te ciegue, te queda una sensación extraña en el estomago, como si aun esperaras un estallido, el pistoletazo de salida que nunca sonara, una señal que de rienda suelta a todo lo que sientes dentro y se amontona por salir.

El momento en el que la venda cae, en el que las piezas se unen y la luz se enciende, es un momento extraño, es como si fueras de copiloto en un coche y vieras qué vais a chocar. Lo estás viendo y no puedes hacer nada, acabas estrellándote, ya que tú no puedes cambiar ya la velocidad ni la dirección que los acontecimientos toman. Un movimiento brusco mueve los cimientos de tus convicciones y  todo sucede a cámara lenta en tu cabeza, la certeza llega lenta a tu conciencia y lo peor es que has visto venir el golpe. Lo has visto y hasta te ha dado tiempo a calcular cuánto va a doler, aunque en ocasiones el cálculo se quede corto. 

A veces más que doler la traición o la verdad, duele el haberlo visto venir, duele el te lo dije de tu propia persona, y te preguntas, ¿cómo he sido capaz de dejarme engañar? Era obvio, era MUY OBVIO. Pero tú, pobre e inocente flor del bosque,  no lo has querido ver, has excusado a otros, porque tenías fe en ellos, porque por alguna extraña razón aun tienes fe en que las otras personas hagan lo correcto. No sabes vivir de otra forma, necesitas confiar que los ideales son algo que más ideas banales que la gente utiliza como estandarte hasta que dejan de ser útiles. Porque si no es así, si solo tú eres fiel a tus ideas, a ti mismo, ¿qué te queda? 


No poder confiar en nadie, vivir como si estuvieras atrapado en un agujero lleno de víboras no es vida, es miedo dosificado en horas. Así que decides exponerte, a cuerpo descubierto, con una actitud de héroe valiente e insensato, que se convierte en el blanco perfecto de los tiradores. Y ahí estas tú, estúpido valiente que sigue creyendo en algo, SIGUES CREYENDO EN ALGO, que hoy en día ya es mucho.